domingo, 17 de noviembre de 2013

Resumen del libro un paseo aleatorio por Wall Street

Este libro escrito por el economista Burton G. Malkiel y considerado un clásico entre la literatura de inversión existente, gira en torno a lo que el autor llama la teoría del paseo aleatorio por Wall Street.

Para el autor, cualquier inversor obtendría más ganancias comprando y conservando durante un periodo largo de tiempo un fondo de inversión de índices bursátiles como el IGBVL de la Bolsa de Valores de Lima ó el S&P 500 del New York Stock Echange, que intentando comprar y vender valores individuales ó fondos de inversión gestionados por profesionales, y para llegar a dicha conclusión, analiza, desglosa y critica las dos teorías clásicas del mundo de la inversión: la teoría de la base solida y la teoría de los castillos en el aire.

Distingue claramente la actividad de invertir de la actividad de especular, para el autor invertir es una forma de adquirir activos para conseguir beneficios en forma de ingresos que se puedan predecir de una forma razonable como dividendos, intereses ó rentas y su apreciación a largo plazo, mientras que la idea de especulación se diferenciaría de la anterior tanto en el diferente período en que se obtienen las ganancias como en la imposibilidad de predecir las mismas.

La teoría de la base solida de la inversión se sustenta en el concepto de valor intrínseco, que nos lleva a preguntarnos, qué valor real tiene algo teniendo en cuenta las condiciones actuales y las perspectivas de futuro, en base al balance de una empresa y a sus resultados, es eso lo que conocemos como "valor intrínseco", que no necesariamente tiene que coincidir con el precio de mercado que se esté pagando por ello. 

Cuando los precios del mercado caen por debajo ó se elevan sobre este valor intrínseco, aparece la oportunidad de compra ó de venta.

Como factores determinantes del valor intrínseco de una inversión, destacan la tasa de crecimiento esperada de los beneficios de una empresa, las expectativas de reparto de dividendos, el grado de riesgo y el nivel de los tipos de interés de mercado. 

El valor intrínseco de una acción, será más elevado cuanto mayor sea la tasa de crecimiento esperada de los beneficios de la empresa y más extensa sea su duración, cuanto más amplio sea el reparto de dividendos, cuanto menor sea el riesgo y cuanto menor sea el nivel general de los tipos de interés, siendo los dos primeros factores la influencia más importante en los precios de las acciones.

La teoría de los castillos en el aire no se centra en lo anterior sino en valores psicológicos, en cómo se comporte la multitud de inversores en el futuro, y cómo durante los períodos de optimismo dichos inversores tienden a convertir sus esperanzas en castillos en el aire. 

Se trataría de analizar qué situaciones de inversión tienen la posibilidad de convertirse en castillos en el aire para la multitud de inversores y antes de que así sea, anticiparse al mercado comprando dicha inversión, para después venderla en medio de la locura colectiva. 

Así ocurrió a finales del siglo XVII con los bulbos de tulipán en Holanda o a principios del siglo XVIII con la burbuja de los Mares del Sur, en Inglaterra, ó más recientemente, en el año 2000, con la burbuja de los valores tecnológicos. 

Quienes son incapaces de quedarse al margen de este tipo de fiebres especulativas, son los perdedores habituales del mercado. 

Para Malkiel, ganar dinero en bolsa no es difícil, basta con comprar y mantener una cartera de valores similar a uno de los índices representativos del mercado.

Es evidente que el mercado en algunas ocasiones puede parece irracional, igual de evidente es que en todos esos casos de irracionalidad, el mercado se corrigió a sí mismo. 

El mercado siempre corrige cualquier irracionalidad ó exceso, las anomalías pueden multiplicarse, los mercados pueden volverse irracionalmente optimistas y atraer a inversores no informados ni formados, pero al final, el mercado reconoce el verdadero valor, y ésta es la lección más importante que los inversores deben aprender.

El análisis técnico es el método utilizado por aquellos que invierten en base a la teoría de los castillos en el aire, mientras que aquellos que utilizan la teoría de la base sólida utilizan el análisis fundamental. 

El análisis técnico cree que el conocimiento del comportamiento de un titulo en el pasado, puede ayudar a pronosticar su comportamiento probable en el futuro.

La premisa básica es que existen esquemas que se repiten en el espacio y en el tiempo y, pueden observarse en los gráficos de cotizaciones.

Para Malkiel, el análisis técnico , en ninguna de sus variantes, ha superado de forma consistente el beneficio de la estrategia de comprar y mantener una cartera variada de acciones a largo plazo.

Los métodos del análisis técnico, para el autor, no se pueden usar para elaborar estrategias útiles de inversión.

Todos los métodos técnicos exigen en alguna medida, realizar continuas operaciones de compra y venta que generan grandes comisiones para las sociedades de bolsa. 

El negocio no es para los clientes sino para los intermediarios, el análisis técnico propio de la teoría de los castillos en el aire no tiene valor real. 

La cotizacion pasada de los precios de un valor no se puede usar para pronosticar el futuro de ninguna forma significativa, esta es la forma débil de la teoría del paseo aleatorio.

Pero si el análisis técnico no es de ayuda para los inversores, para Malkiel, tampoco lo es el análisis fundamental, ya que ninguna información publica contenida en los balances de situación, ó las cuentas de resultados de cualquier empresa, puede ser útil al inversor a la hora de seleccionar títulos que se encuentren por debajo de su valor intrínseco. 

Esta es la forma semifuerte de la teoría del paseo aleatorio, igualmente, el autor defiende que no solo la noticia que es publica ya esta reflejada en el precio del titulo, sino que también lo esta  toda la información que es posible conocer acerca de la empresa, y que todavía no se conoce públicamente.  

Esta es la forma fuerte de la teoría del paseo aleatorio, todo lo anterior lleva al autor, a la conclusión de que el mercado es tan eficiente, que los precios se mueven tan rápidamente cuando llega la información nueva que nadie puede comprar ó vender de forma consistente lo bastante rápido como para obtener beneficios. 

La información real evoluciona aleatoriamente, es decir, imprevisiblemente. Ni el análisis técnico, que analiza los movimientos de los precios en el pasado de las acciones, ni el análisis fundamental, que analiza la información  mas básica sobre las perspectivas de las empresas y la economía parece que produzcan unos beneficios consistentes  lo único rentable según Malkiel, es comprar y mantener un fondo de índices diversificado ó una cartera variada de títulos porque aunque el mercado no sea siempre racional a corto plazo, siempre lo es a largo plazo.

Después de plantear su teoría del paseo aleatorio, en base a refutar la postura de los analistas técnicos y de los analistas fundamentales, se desarrolla una guia practica para paseantes aleatorios y otros inversores, cuyas principales ideas son las que a continuación se indican:

  • Cualquier inversor debe decidir desde el principio el grado de riesgo que desea asumir y que tipo de inversión son los mas adecuados para su grupo impositivo y su nivel de ingresos. Parece obvio, pero resulta increíble la cantidad de personas que equivocan el camino por comprar un tipo de títulos que no guarda relación ni con su nivel de tolerancia al riesgo ni con sus necesidades de ingresos y de impuestos.
  • Las recompensas elevadas de inversión sólo se pueden obtener asumiendo el coste de un riesgo sustancial, y quizá, si se aceptan menores grados de liquidez. En función de esa mayor o menor tolerancia al riesgo, un inversor puede optar por una cuenta bancaria, por valores del Tesoro Público, por bonos y obligaciones de empresas, por acciones ordinarias, por inversiones inmobiliarias, etc. 
  • Sea competitivo, haga que el rendimiento de sus reservas de capital en efectivo se mantengan al ritmo de la inflación. Recordar, y no por obvio resulta innecesario hacerlo, que cualquier inversión debe producir al menos un rendimiento igual a la inflación, ya que de no ser así, estamos condenados a un constante deterioro de nuestro nivel de vida, por la continua pérdida de nuestro poder adquisitivo. 
  • La diversificación reduce el riesgo y hace mucho mas probable que se consiga el tipo de buen rendimiento a largo plazo que cumpla con los objetivos de la inversión. Aunque las acciones deberían suponer la mayor parte de la cartera, no deben ser el único medio de inversión.

Hace una interesante comparativa entre las acciones y los bonos, los rendimientos a largo plazo de las acciones ordinarias los inducen fundamentalmente dos factores: la rentabilidad inicial del dividendo cuando las acciones se compraron y la tasa de crecimiento futuro de estos dividendos. 

Los rendimientos futuros a largo plazo de los bonos se determinan por la rentabilidad del mismo hasta el vencimiento final en el momento de su compra. Ahora bien, si no se mantienen hasta su vencimiento final, la evolución de los tipos de interés es clave para determinar la rentabilidad real de los mismos. 

Cuando suben los tipos de interés, los precios de los bonos bajan, cuando caen los tipos de interés, los precios de los bonos suben. 

Cualquier inversor en bonos que no los conserve hasta su vencimiento, verá incrementados ó disminuidos sus rendimientos en función de lo que suceda con la evolución de los tipos de interés, se perderá en la medida en que suban los tipos de interés y se ganará en la medida en que éstos bajen.

Destaca la influencia vital que tiene la inflación, tanto para quienes invierten en bonos como para quienes invierten en acciones. 

Una tasa de inflación alta, es rotundamente mala para el mercado de bonos. Si un inversor tiene un bono que le rinde un 5% anual y la inflación está en el 2%, aún tiene un 3% de rentabilidad, pero si los precios suben y la inflación se pone en el 5%, la rentabilidad real de su inversión es cero. 

Además, si sube la inflación, lo más probable es que lleve pareja una subida de los tipos de interés, para intentar contenerla, de tal modo que el inversor en bonos no sólo verá seriamente reducida su rentabilidad periódica percibida en forma de intereses, sino que además si quisiera vender sus bonos en el mercado probablemente perdería dinero porque los nuevos bonos se estarían vendiendo a unos tipos más altos que el tipo de interés inicial al que él compró su bono. Es decir, perdería por una doble vía: menor rentabilidad real (descontada la inflación) y menor revalorización ó, incluso pérdida, de parte del capital invertido.

No es así para los inversores en acciones, a los que en principio, no debería perjudicarles tanto un incremento de la tasa de inflación. Al menos en teoría, si la tasa de inflación sube un punto porcentual, todos los precios deben subir en ese mismo punto, incluidos los valores de las fábricas, equipos é inventarios, y por lo tanto, los dos factores claves en la evolución de las acciones, que son la tasa de crecimiento de beneficios y los dividendos, deberían subir en la misma proporción.

En cualquier caso, parece clave no olvidar nunca que las rentabilidades de las acciones están determinadas fundamentalmente por la rentabilidad del dividendo inicial a la que se compraron las mismas, por la tasa de crecimiento de los beneficios y por los cambios en la valoración del ratio precio-beneficio ó precio-dividendo, mientras que las rentabilidades de los bonos estarán fundamentalmente determinadas por la rentabilidad inicial hasta el vencimiento a la que se compró el bono y por los cambios en los tipos de interés (y por lo tanto en los precios de los bonos), para aquellos inversores que no los mantienen hasta el vencimiento.

La estrategia de inversión debe armonizarse con el ciclo vital, en este sentido seria común pensar que una persona de 30 años y otra de 60 que ahorren para su jubilación, utilicen productos financieros distintos para conseguir sus objetivos, la persona de menor edad podrá asumir mayores riesgos que la persona que ve mucho más cerca el momento de su jubilación.

El tiempo que se mantenga una inversión, y por tanto el poder de permanencia en la misma, tiene un papel critico en el riesgo real que se asume en cualquier decisión de inversión. 

Este factor hace de la etapa del ciclo vital en el que se encuentre un inversor, un elemento clave para determinar cómo distribuir sus activos.

Cuanto mas extenso sea el periodo en el que se puede mantener la inversión, mayor debería ser la participación de las acciones en la cartera de valores de cualquier inversor.

Además, cuanto más larga sea la perspectiva de inversión, mayores probabilidades hay para que las acciones superen en rentabilidad a los bonos. Esto hace que la gente más joven deba tener una mayor parte de sus activos invertidos en acciones que la gente de más edad, cuya situación particular hace aconsejable cambiar la cartera de inversión hacia activos que produzcan una renta periódica a más corto plazo.

Suele ser un buen momento para comprar después de que el mercado se haya desplomado y nadie pueda imaginar una razón para que tenga que levantarse. 

Lo mismo que la esperanza y la avaricia se pueden alimentar a sí mismas para producir burbujas especulativas, de la misma forma reaccionan el pesimismo y la desesperación para producir situaciones de pánico irracional en el mercado, situaciones irracionales que el mercado corregirán por sí solo en el largo plazo, ofreciendo suculentas rentabilidades a quien tenga el valor de comprar cuando todos venden y la paciencia de esperar para vender al momento en que todos irracionalmente quieran comprar a cualquier precio.

En cualquier caso, no se debemos olvidar que necesidades especificas requieren activos específicos exclusivos, que la tolerancia al riesgo es un aspecto clave en cualquier plan financiero, y que cada uno es responsable de evaluar su actitud hacia el, y que el ahorro constante en cantidades regulares, aunque sean pequeñas merecen mucho la pena.

Finalmente se destacan las reglas que el autor ofrece a quienes por iniciativa propia estén dispuestos a invertir en el mercado de valores:

  • Limite la compra a acciones de empresas que parezcan capaces de mantener unos aumentos de beneficios por encima de la media durante al menos cinco años.
  • No pague nunca por un titulo mas de lo que se puede justificar razonablemente mediante una base solida del valor.
  • Compre acciones que tengan historias de crecimiento previsto con las que los inversores puedan construir castillos en el aire.
  • Realice las menores transacciones posibles, comprar y vender continuamente hace rico al intermediario que cobra por dichos servicios y no al inversor.

Sin lugar a dudas uno de los mejores libros para inversión escritos, de una forma clara el autor nos muestra sus puntos de vista con respecto a como debemos abordar el tema de la inversión, por lo que se recomienda su adquisición y lectura completa.


1 comentarios:

RealKaizer dijo...

Según tu resumen, debió ser muy interesante la lectura. Me gustaría que puedas compartir el PDF de burton g malkiel un paseo aleatorio por wall street para leer directamente del autor. Gracias

Publicar un comentario