lunes, 3 de marzo de 2014

Resumen del libro Psicología del Mercado Bursátil

En este libro del autor Lars Tvede inicia con un breve recorrido por la historia de la negociación bursátil y argumenta de que la búsqueda del autentico valor fluctúa sobre la cotización, dando como ejemplo a los tipos de cambio, donde si el tipo de cambio de un país empieza a subir el resultado será, que frecuentemente la tasa de inflación y los y tipos de interés empezaran a bajar lo que mejora la competitividad.

Lo mismo es aplicable a las acciones, donde si unas acciones suben, mejora la clasificación crediticia de la compañía así como sus oportunidades de financiar sus actividades mediante prestamos ó emisión de acciones nuevas.

El problema que encontramos al buscar el autentico valor no es que la elaboración del adecuado modelo de previsión económica sea difícil, sino que el comportamiento de los modelos de simulación económica no serán capaces de predecir la evolución a largo plazo.

La Psicología del mercado bursátil según Lars Tvede va a ocuparse de un aspecto de la negociación bursátil que frecuentemente está envuelto en el misterio. Se trata de la psicología del mercado, de la forma en que se producen los fenómenos del comportamiento del mercado y de la forma en que podemos aprender a verlos.

También se ocupa de la forma en que podemos interpretar la psicología y ganar dinero negociando con ella, desde que existe la negociación bursátil, los movimientos de precios nos han asombrado, muchos han tratado de explicar los orígenes de estas fluctuaciones.

A largo plazo, las cotizaciones de las bolsas de valores reflejan los valores reales, por otra parte, las fluctuaciones a corto plazo reflejan pequeñas variaciones en la oferta y la demanda las cuales se deben considerar imprevisibles y aleatorias.

En la terminologia del mercado de valores se denomina fundamentalistas  ó analistas fundamentales a aquellos que se inclinan por este punto de vista, el análisis fundamental trata de evaluar el‘autentico valor del título.

En primer lugar, es absolutamente irreal a todas luces interpretar el valor autentico como algo mas que un amplio margen de probabilidad. Y en segundo lugar, las hipotéticas situaciones económicas pueden cambiar radicalmente debido a detalles que ni siquiera el más avezado de los analistas jamás podría predecir.

Todavía más difícil para el análisis fundamental es juzgar cuando se producirán los movimientos predichos.

Ser un fundamentalista puede equivaler, ser un inversor a largo plazo y puede entrañar la necesidad de pasar por alto el elemento crucial que pudiéramos denominar elección del momento más oportuno.

El fundamentalista, esta dispuesto a aferrarse a unos títulos valores en espera de lo que considera su autentico valor, pero se enfrenta a otro problema, mientras espera, las bases sobre las que fundamentó sus análisis pueden cambiar radicalmente.

Una combinación difícil de pasar por alto es que el autentico valor fluctúa con la cotización, no ha de sorprendernos que tantas personas hayan abandonado lo que se denomina la inversión a largo plazo.

Queda claro que los grandes maestros pueden discrepar en la manera de hacer dinero en la bolsa de valores, pero sí que están de acuerdo en que el mercado es irracional con mucha frecuencia. ¿Pero se pueden analizar las esperanzas y los temores, la avaricia y la ambición?

El autor afirma que si podemos hacerlo, el mercado vive una vida muy peculiar y muchos de sus irracionales fenómenos se pueden analizar.

Si analizamos los mercados en lugar de la economía somos chartistas ó analistas técnicos, prestamos atención a la esperanza, el miedo y la avaricia.

El estudio de los mercados no es simplemente un estudio de lo irracional, ya que los chartistas se enfrentan a los mismos problemas que los fundamentalistas, nunca se puede estar seguro de cuando un mercado es irracional.

Ganar dinero en los mercados es parte de un juego y para jugarlo tiene que comprender estas cuatro reglas. 

La primera regla: El mercado va por delante.

Todo aquel que negocie en los mercados de valores durante un razonable periodo de tiempo caerá en la cuenta de que los analistas, economistas, asesores de inversiones y periodistas, de quienes se esperan pronósticos validos sobre la evolución de los mercados financieros, van irremediablemente a la zaga con sus noticias, análisis y pronósticos, que son meros comentarios de lo que el mercado dictaminó tiempo atrás.

Más ó menos inconscientemente, la información que se ofrece al público en general se mezcla de tal modo que confirme el pensamiento de los inversores y los mercados.

Pero hay otra explicación mucho más evidente todavía, cuando el mercado va por delante de las noticias refleja que también va por delante de la economía.

Roger Ward Babson quedó fascinado por una oleada de pánico en la bolsa de valores, inspirándose en tal incidente, comenzó un servicio especial de análisis que denominó Gráficos Babson en el que comparaba el desarrollo económico del país con unos gráficos que mostraban las fluctuaciones de las cotizaciones en los mercados de valores.

La totalidad del mercado pronosticaría la evolución de la economía.

El 5 de septiembre de 1929 cuando el mercado estaba un poco por debajo de su máximo de todos los tiempos, pronunció un discurso en la Convención Nacional Anual de Empresas en el que no solo repitió su consejo general de vender todas las acciones, sino que también predijo una caída de los índices de 60 a 80 puntos, que iría seguida de una depresión en la que se cerrarían las fabricas y se despediría a mucha gente.

Esta es una situación en la que, mientras que la atmósfera general de la economía se mantiene bien, la falta de buenas noticias adicionales hará que se desencadene la venta de acciones.

El caso es similar para acciones, bonos, metales preciosos y divisas, por separado. Los mercados reaccionan antes de que las noticias financieras sean conocidas y comprendidas por la mayoría de los expertos oficiales y luego por el público en general.

Hay que ganar por la mano al mercado al predecir lo que hará la economía, lo que significa que hay que anticiparse mucho. Pero el chartista no tiene que preocuparse respecto a este problema, utiliza el mercado como su propio barómetro. 

La segunda regla: El mercado es irracional.

Cuando los norteamericanos empiezan a operar a las cinco ó seis de la tarde, hora española, estará a punto de producirse la primera turbulencia aleatoria. Entonces experimentará usted algo muy extraño, tan pronto como se inicie el primer movimiento marginal, proyectará de una forma muy notable una nueva luz sobre todo el razonamiento lógico que usted había llevado a cabo y los focos se centrarán sobre los razonamientos a favor del movimiento que se haya producido.

Para explicar la irracionalidad de los mercados, el autor pone tres ejemplos: El hundimiento del mercado holandés en 1636, la burbuja de los Mares del Sur y la caída de Wall Street en 1929.

La conclusión evidente de estas tres situaciones es que el mercado se ve completamente dominado de vez en cuando por unas emociones irracionales tales como la esperanza, la codicia y el miedo. Pero por mas que la psicología pueda explicar en parte por que reacciona el publico de la forma en que lo hace, no brinda respuesta a la pregunta de por que todos reaccionan al mismo tiempo. 

La tercera regla: El caos impera.

El efecto mariposa es aplicado a los mercados, los mercados dependen unos de otros, la volatilidad podría ser un elemento de la propia naturaleza endógena de los sistemas macroeconómicos.

La pronosticación a largo plazo puede bifurcarse debido a un pequeño ó gran evento ocurrido mucho tiempo atrás, provocando dos ó mas futuros muy distantes, por lo tanto, el caos impera. 

La cuarta regla: Los gráficos entrañan su propio cumplimiento.

Las razones para comprar ó vender no siempre son tan evidentes como los medios de comunicación pretenden hacer ver, de hecho, casi nunca lo son. Cuando se produce una caída del mercado, pocos operadores la explican por las noticias ó rumores financieros, la gente no se apresuraba a vender por los temores suscitados por la creciente inflación, se apresuran a vender por que el mercado estaba bajando.

Este bucle de realimentación en el que todo el mundo se centra en adivinar lo que todos los demás van a hacer se describe de forma insuperable en la famosa metáfora del concurso de belleza de Keynes. El autor compara el mercado de valores con un concurso en el que los concursantes han de elegir, de entre cien bellas mujeres, la fotografía que consideren que va a ser elegida por la mayoría.

No cabe duda de que en muchos de los mercados mas especuladores de hoy en día, los modelos solamente se pueden explicar por el hecho de que miles de inversores en el mercado han trazado las mismas líneas en los mismos gráficos.

Mientras que los medios de comunicación tratarían de justificar estas fluctuaciones de las cotizaciones con diferentes acontecimientos políticos y económicos, las razones de los operadores serían muy diferentes:

Estamos probando una resistencia, ó acabamos de romper una media móvil.

Por lo tanto, podemos afirmar que una parte de la verdad que hay detrás del uso tan difundido de los análisis de gráficos es que no se trata simplemente de una técnica para adivinar el pensamiento del mercado. A veces son los análisis los que crean la psicología.

La mayoría de la gente reconocerá un marco de referencia en el que diferenciamos entre dos sistemas dinámicos: Uno económico que está sometido a la influencia de perturbaciones exógenas estocásticas y otro financiero.

Las perturbaciones exógenas son, por ejemplo, cuando un presidente sufre un atentado, son todos aquellos factores que no se pueden predecir por el modelo económico, las cuales son imprevisibles.

Los mercados son vistos como barómetros dado que los mercados van por delante de la economía.

Este punto de vista está justificado en los grandes sistemas macroeconómicos. Incluso allí donde los mercados son nuestros mejores barómetros económicos su eficacia no es impresiónante.

Debido a los efectos del caso, las conmociones externas y debido a la locura de las masas, los especuladores solo pueden vislumbrar algunos intervalos aproximados de probabilidad dentro de los cuales deben situarse las cotizaciones.

En palabras de Hamiltón, los mercados eficaces son una expresión para acontecimientos venideros que proyectan su sombra por adelantado.

El análisis fundamental puede arrojar mucha luz si se usa en un nicho de inversiones, pero en los grandes mercados líquidos resulta más bien dudoso, la teoría del caos es determinístico.

Las consecuencias son que en los grandes mercados líquidos se puede operar exclusivamente analizando los gráficos financieros. En concreto, se puede operar con una estrategia desviada del ciclo económico y analizada por medio del comportamiento del sistema financiero, combinada con una táctica no económica orientada a dar palos de ciego.

El octavo tema trata el nacimiento de los chartistas,.el mundo académico ha estado buscando constantemente teorías generales, pero todas ellas han tenido una cosa en común, el uso de los gráficos como su más importante instrumento de análisis.

Nadie sabe hoy en día cuando se utilizaron por primera vez los gráficos para analizar los mercados financieros.

El origen del análisis técnico se remonta al mercado japonés del arroz, lo que aprendieron los japoneses fue que las cotizaciones de los valores no solo expresan simplemente los equilibrios de la oferta y la demanda, también incluyen un elemento psicológico.

En occidente, el chartismo apareció por primera vez en 1880 en Estados Unidos aunque solamente una minoría lo utilizaba. Charles Dow hizo la mayor contribución al tema, su interés inicial fue usar los análisis del mercado de valores para prever la evolución de la economía.

La teoría de Dow comprende las seis reglas que no faltan en ningún libro sobre análisis técnico:

Los índices de los valores actualizan todo por adelantado; el mercado tiene tres movimientos (primario, secundario y terciario); las zonas de soporte y de resistencia dan señales sobre las cotizaciones; el volumen apoya al precio; una tendencia se debe confirmar mediante crestas y fosas y ambos índices deben confirmar una tendencia bursátil.

Una curiosidad peculiar de los gráficos de cotizaciones es que hubo que esperar hasta la década de 1980, cuando todo el mundo había aprendido el análisis de gráficos de cotizaciones, para que alguien se propusiera explicar su trasfondo real.

Uno de los precursores fue el economista norteamericano Robert Schiller quien fue el primero en llamar la atención hacia el vinculo existente entre los fenómenos del mercado y el especial complejo psicológico-sociológico de las teorías concernientes a las actitudes humanas.

El uso de información de indicadores psicológicos para pronosticar lo que acontecerá en los mercados financieros da una visión muy corta, frecuentemente de solo unas pocas semanas.

La gracia estriba en entender lo que cada mercado señala por si mismo respecto al conjunto total de ellos.

Para entender el juego tenemos que tener en cuenta las tres dimensiones:

La primera dimensión la componen las fases cambiantes de los mercados, la segunda dimensión es la más abstracta, es la liquidez del mercado, la cual solo produce un impacto apreciable cuando su corriente está activa; y la tercera dimensión es la analogía entre los mercados que deberían seguirse unos a otros pero, a veces, se resisten a hacerlo.

En los mercados financieros todo es relativo, los cambios dentro de cualquier microeconomía se manifiestan a través del mayor microsistema. Entender exactamente como se produce esto es esencial para toda inversión.

Primero reacciona la renta fija a corto plazo, luego la renta fija a largo plazo, luego la renta variable, los commodities y finalmente los metales preciosos (porque son un refugio). Después de los metales preciosos vuelven de nuevo los valores de renta fija a corto plazo, con lo que se cierra el círculo.

A continuación, Tvede analiza con mas detalle cada una de las estaciones financieras: Depresión la economía esta deteriorada, las inversiones son bajas y el desempleo aumenta, los bancos están asustados y nadie está en disposición de ayudar a los demás.

Expansión económica los medios de comunicación se centran fundamentalmente en los elementos negativos de la economía, aunque primero la renta fija y luego la renta variable ya han empezado a subir; , la primera reactivación de la economía se debe a un aumento de la demanda de los consumidores, se disparan las nuevas edificaciones.

La oferta monetaria rebasa los objetivos y, por primera vez, puede que el tipo preferencial suba después de unas anteriores reducciones. La inflación ha tocado fondo. Al principio de la reactivación lo medios de comunicación muestran pesimistas todavía y solo dan señales de optimismo hacia la mitad de la revitalización.

Los valores de renta fija han estado subiendo durante un periodo prolongado, los valores de renta variable también han estado subiendo durante algún tiempo, posiblemente de 6 a 9 meses, antes de que empezara la reactivación económica); auge (la inflación y los tipos de interés a corto plazo están subiendo.

La liquidez financiera está disminuyendo desde hace bastante tiempo y las reservas de liquidez son bajas ahora. Hay muchas emisiones nuevas y elevaciones aceleradas de los tipos de interés en el mercado monetario.

Los medios de comunicación adoptan una postura positiva, los valores de renta fija inician una tendencia bajista después de abandonar una gran formación de máximo. Los valores de renta variable empiezan a bajar unos cuantos meses antes del punto culminante de la economía.

A escala internacional la caída se iniciará, probablemente, en los mercados líderes tales como el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. El oro sale de su formación de mínimos e inicia una tendencia alcista y decadencia económica, la economía está marcada ahora por una drástica reducción del consumo privado.

La inflación sube durante un periodo de tiempo, pero alcanza su máximo en mitad de la decadencia. La liquidez se estabiliza y las reservas de liquidez empiezan a subir gradualmente. Los medios de comunicación se muestran pesimistas. Los valores de renta fija tocan fondo antes del final de la decadencia económica.

Los valores de renta variable caen también y revierten más tarde que los de renta fija y el oro empezando a caer al mismo tiempo.

Por desgracia, los acontecimientos nunca se ciñen estrictamente al modelo.

El autor hace una explicación concisa sobre la liquidez, causas y consecuencias, resulta muy útil para conocer el funcionamiento de la economía.

La liquidez se puede crear de muchas formas, pero la fuente mas importante es el Banco Centra,.si fluye dinero hacia los consumidores particulares con préstamos baratos, el consumo aumenta, el publico compra y la liquidez produce una creciente actividad económica.

Sin embargo, el impacto estimulante de la liquidez sobre la economía comercial solamente es relativo y si las tendencias económicas son deficientes es muy probable que no tenga más éxito que atenuar un ulterior deterioro económico. Si la economía no puede absorber todavía la creciente liquidez, nos enfrentamos a la inflación financiera, la cual es una maldición para los mercados alcistas.

Los tipos de interés a corto plazo son el mejor indicador de la liquidez nacional y tienen un componente de causa y efecto para los mercados financieros. Si los tipos de interés suben, trasmiten una señal bajista al mercado, si bajan, es una señal al alza.

El precio del oro es un barómetro muy eficaz de la inflación de precios y de unos deficientes mercados de renta variable. Si el precio del oro está subiendo, los mercados esperan una inflación de precios, unos tips bajos reales de interés y una restricción de créditos; ahora bien, si el precio está bajando, el mercado espera una inflación baja, unos elevados tips reales de interés y una amplia liquidez financiera.

Para evaluar si un mercado está actuando como un barómetro económico, ó si es sencillamente un juego de ver quien acierta a la primera, debemos estudiar si los movimientos se producen en armonía y resonancia.

Tal como expreso Charles Dow a principios del siglo XX, los movimientos del mercado de valores aislados deben ser confirmados por un movimiento mas amplio que afecte a muchos valores. Solo entonces será creíble la tendencia, este fenómeno se describe a veces como amplitud del mercado.

En otras palabras: si los mercados no se confirman entre sí, sus movimientos se deberán a una especulación irracional y no serán la actualización en precios financieros de unas tendencias económicas futuras.

La información siempre resulta crucial, esta es muy importante a la hora de tomar decisiones.

El hacer negocios en la vida pone en tensión los nervios y entonces cometemos fácilmente la equivocación descrita por Clausewitz: ‘Sometidos al fuego de la información de primera línea, repentinamente pensamos que las condiciones son diferentes de la previsión original’.

Si no estamos acostumbrados a utilizar la información y separar lo importante de lo prescindible, la abundancia de información carente de importancia y de rumores pronto destruirán nuestra visión de las cosas.

El problema es que el mercado reacciona inmediatamente a cualquier nuevo acontecimiento que se produzca en él.

En muchos casos llega a reaccionar de forma exagerada, por lo que la mejor estrategia es vender cuando las noticias son buenas y comprar cuando son malas.

Lo malo es que interpretar la información no siempre es fácil; los compradores piensan que los precios subirán, y los vendedores que los precios bajarán.

Este desacuerdo surge porque la gente interpreta de forma diferente la información.

Para distinguir los tipos de interpretes de información, el autor los agrupa en seis grupos:

El fundamentalista: recopila cuidadosamente estadísticas económicas e interpreta y evalúa situaciones políticas.

El alquimista: están constantemente tras la pista de la formula secreta que les permita dominar el mercado bursátil; son la figura más patética del mercado.

El paseante aleatorio: no se centra en comprar ó vender en el momento oportuno, sino en repartir si riesgo sobre la base de un modelo matemático.

El puritano: cree que los gráficos son absolutamente el único instrumento útil para invertir; su mayor problema es que a veces los mercados dejan de actuar como barómetros, pero su filosofía es que los mercados siempre van por delante.

El mira-pantallas: son grandes seguidores de los indicadores y siguen las cotizaciones minuto a minuto.

El negociante: su método es una combinación de espionaje fundamental y de interpretación de gráficos.

Por desgracia para todos, la gran mayoría son perdedores, ¡pero alguien tendrá que ganar dinero!. Algunos piensan que si son inteligentes esto debe ser suficiente para alcanzar el éxito, con independencia de cómo interpreten la información.

Anticiparse a los demás es la forma más eficaz de ganar dinero. Y para hacerlo hay que trabajar con grados superiores de estrategia de información, prever lo que la opinión media espera que sea la opinión media.

El grado siguiente sería estar ojo avizor a lo que hagan los menos espabilados y hacer lo contrario de lo que ellos hacen, esto se llama opinión contraria, dado que la mayoría suele equivocarse.

Si estuviéramos completamente seguros de nuestra propia incapacidad, podríamos limitarnos a cursar instrucciones a nuestro agente para que siempre hiciera lo contrario de lo que le sugerimos.

Los medios de comunicación son un excelente indicador para la persona de mentalidad retroactiva.

Debemos buscar en los medios indicios de que las cosas han empezado a resultar completamente evidentes y que todo el mundo está de acuerdo. Cuando es evidente para el público, evidentemente es erróneo.

Es difícil determinar con certeza el momento en el que algo resulta evidente para todo el mundo, pero el mercado está próximo a un cambio de sentido cuando los medios de comunicación empiezan a predecir que las subidas ó bajadas van a prolongarse durante años.

Solo hay una situación tranquila en la que formar parte de la masa es lo ideal, si un banco central trata de contener las fluctuaciones de una moneda, las cosas terminan mal, habitualmente. Cuando el banco inicia su intervención puede parar la tendencia, pero al igual que una presa que embalsa el agua de un río muy crecido, solo puede hacerlo durante algún tiempo, cuando la presión revienta la presa resulta verdaderamente cómodo ser parte de la multitud.

En la psicología del mercado resulta importante la locura de las masas.

Los mercados financieros tienen su propio monstruo de las profundidades, el peor acontecimiento que jamás haya existido se inició el lunes 19 de octubre de 1987, cuando el Dow Jones bajó 108,35 puntos en un día y el resto de mercados del planeta le siguieron en las caídas.

Al día siguiente, en 7 horas el Dow perdió el 23% de su valor, el miércoles por la mañana todo había pasado.

Los operadores de todo el mundo se reincorporaron al trabajo en un mercado positivo, tan repentinamente como apareció, el monstruo se desvaneció.

Lo que pocos legaron a comprender es que fueron testigos de una manifestación de la psicología humana, las consecuencias de un mercado irracional.

Las personas adoptan actitudes frente a casi todas las cosas, con independencia de si realmente están familiarizados con el asunto.

Las bajadas de los precios pueden provocar estrés y el estrés provoca cambios de actitud rápidos, esto da como resultado nuevas ordenes de venta, que a su vez precipitan las bajadas de los precios, el aumento de la presión sanguínea, cambios de actitud y bajadas de precios. Se cierra el círculo total y se desencadena al monstruo.

Si imaginamos que tenemos un único gráfico delante de nosotros, ¿podemos ver, solo con estudiar el gráfico, si es de esperar que una tendencia continúe, ó si la psicología ha pasado del punto donde el mercado corre peligro de desplomarse en cualquier momento?

Cuando se ha establecido una tendencia, frecuentemente dura más de lo que cualquiera podría esperar, la mayoría de los inversores se sienten satisfechos con salirse de sus posiciones después de sostenerlas durante un corto periodo de tiempo, para luego contemplar con incredulidad como se prolonga.

Tan pronto como veamos que se rompe la necesaria serie sucesiva de máximos y mínimos superiores, el sentimiento cambiará y abandonaremos. En una tendencia alcista observaremos mas de cerca los mínimos alcistas y en una tendencia bajista los máximos bajistas.

Para determinar la vigencia de una tendencia, Lars Tvede explica algunos de los conceptos básicos necesarios para llegar a tal conclusión, como son: Soportes y resistencias, líneas de tendencia, canales, medias móviles, según el autor del libro, las medias móviles mas utilizadas con las divisas son las de 10, 20, 50 y 200 y el volumen.

Evaluar si una tendencia está psicológicamente intacta es el aspecto más fundamental de la interpretación de un gráfico aislado. Pero un gráfico puede tener mucho más que decir.

A continuación explica cuales son estas formaciones.

En un mercado que se mueve en una tendencia de escalera nítidamente definida, en el que todo el mundo opera con la tendencia, pausada y sostenidamente, aumenta sus beneficios, la mayoría de los peces gordos tratará de mantenerse dentro de él.

Pero cuando el mercado da un salto súbito, sufre una vuelta de campana y empieza a zigzaguear en una formación lateral, muchos empiezan a dudar.

Cuanto más tiempo esté tranquilo el mercado, tanto mayor será la tormenta en la ruptura final, aumenta la incertidumbre cuanto mas tiempo pasa sin que se mueva el mercado.

La incertidumbre psicológica del mercado sobre la orientación de la tendencia prolonga todavía más la dirección de una zona de congestión, con el paso del tiempo se formaran intereses potenciales de compra ó venta por encima ó por debajo del mercado, lo que contribuirá a una ruptura agresiva cuando finalmente se produzca.

Las zonas de congestión muchas veces forman figuras, patrones reconocibles que se repiten.
Lars Tvede explica las ocho formaciones mas importantes y que se repiten con mayor frecuencia, la cuales reflejan no solamente la psicología irracional del individuo, sino también el conductismo lógico seguido por los mercados.

Los patrones que explica con cierto detenimiento son: Banderas y banderines (toma de beneficios), gaps (vacío de compradores y vendedores), triángulos (incertidumbre), rectángulos (conflicto), cuñas (resistencia ó soporte creciente), dobles con triples techos y suelos (un nivel irrompible), y hombro-cabeza-hombro (agotamiento de una tendencia).

A continuación explica el funcionamiento de uno de los osciladores más utilizado para detectar un giro en el mercado, el RSI.

Pero, ¿qué pasa de verdad cuando cambia una tendencia? Cuando un mercado está a punto de experimentar un importante cambio de orientación de la tendencia, frecuentemente se puede leer en las formaciones clásicas de los gráficos.

Las características de un importante cambio de dirección se pueden agrupar en:

1 – Aceleración y volumen: Una repentina aceleración de la tendencia indicativa de la influencia exponencial de los nuevos compradores. Además, un volumen inusitadamente elevado, indicativo de que se está produciendo una distribución, significa que una nueva generación está comprando valores, lo que significa que casi todo el mundo incurrirá en perdidas solamente con que se produzca una pequeña disminución.

2 – Perturbación de la tendencia: Una grave interrupción de la pauta de crestas y fosas ascendentes y descendentes, como las que se ven, por ejemplo, en las formaciones de cabeza y hombros o dobles y triples techos y suelos. Para ser grave, la perturbación debe tener movimientos de una relativa amplitud y que se prolonguen durante un periodo suficientemente largo para que la psicología sufra un grave deterioro.

3 – Movimientos de conmoción: Un movimiento significativo en contra de la tendencia que hace que muchos inversores se sientan inseguros. Este proceso se ve frecuentemente en las cuñas.

4 – Tiempo y momento: La tendencia llega a un estancamiento durante tanto tiempo que, gradualmente, los inversores a largo plazo pierden la paciencia y abandonan sus posiciones.

Pero adelantarse a los demás sigue siendo la clave, hasta aquí el autor ya se ha ocupado del reto que representa analizar los mercados, por lo que dedica la ultima parte del libro a la no menos interesante tarea de anticiparse a ellos.

La primera parte del problema es determinar hasta que punto son realmente eficaces nuestras herramientas analíticas, la segunda mitad del reto es determinar que tácticas son factibles.

Al contrario que el subsistema económico, el subsistema financiero genera algunas señales muy fuertes que posibilitan pronosticar con precisión dentro del corto plazo.

Dentro de un marco cronológico que cubra de unas pocas horas a un mes, frecuentemente podremos hacer previsiones extremadamente precisas del momento mas adecuado para operar en un mercado. De uno a seis meses podemos formar supuestos bien cualificados sobre las secuencias generales del mercado.

Lars Tvede divide las tácticas en dos tipo: las de exposición (siempre será el punto de partida y estas dependen fundamentalmente de la aversión al riesgo, ya que la exposición es la mayor perdida que razonablemente podemos asumir que no provoque una transacción dada), y las de elección del momento mas oportuno (significa actuar en un mercado sobre la sabe de lo que pensamos que va a hacer).

La idea es alcanzar un estado mental de completa separación de tácticas de exposición y tácticas operativas.

Al operar habremos de mantener los dedos apartados de la calculadora y evitaremos el embarcarnos en intentos arriesgados de recuperar las perdidas.

Las tácticas son cuestión de disciplinar las acciones y prescindir de las emociones personales, las buenas tácticas son un casco de seguridad mental contra el miedo irracional, las dudas y la avaricia.

Finalmente termina con un resumen, paso a paso del camino que lleva hacia la ruina.

Sin lugar a dudas un excelente libro que aborda el tema del trading desde un enfoque psicológico, que como sabemos es un aspecto muy importante en la formación de todo trader que busque ser consistente, recomendando su adquisición y lectura.

0 comentarios:

Publicar un comentario